Anuncio: En la actualidad último refugio de poesía, eso sí, en servicio de una marca determinada que la poesía siempre supo de la mano que le da de comer.
martes, 29 de julio de 2014
Felicidad
Felicidad: Permanente estado carencial del hombre. // El renombrado Pepe López sentenció con tremenda lucidez que a mayor felicidad es mayor el ansia de la misma convirtiéndose así en otra pescadilla que se muerde la cola.
domingo, 27 de julio de 2014
lunes, 21 de julio de 2014
Acoger
Acoger: Dar resguardo a alguien o algo sin perder las expectativas de un lucro de cualquier índole.
sábado, 19 de julio de 2014
Amor
Amor: Único resquicio que nos permite olvidarnos de la vida, aunque mezclado con el sexo suele trastornarnos, precisamente, la vida. // Refugio contra la obstinación de los días. // Lo que pensamos que nos hace libres y distintos y nos hace esclavos e iguales. // Apoteósico proyecto individual que se baraja con la suerte de otra persona. // Desestructuración del yo para dar paso al yo ampliado
Extreñimiento
Extreñimiento: Estado mental que te impide soltar todos los demonios que llevas dentro.
viernes, 18 de julio de 2014
Bicho
Bicho: Palabra con la que nos referimos a múltiples animalitos del Señor que consideramos pendejos. No cabe duda de que los unos son bichos para unos y otros son bichos para otros; la sórdida capacidad polisemitismo humano no deja de sorprender a este afanoso lexicógrafo. // Criatura, alada o no, siempre inoportuna. // O todo aquello a lo que Patzyar le hace "puaj", desoyendo la insistente defensa de este lexicógrafo. En su defensa hay que decir que los bichos nunca le hacen "puaj" a Patzyar, claro que ella tampoco se lo merece.
Te debo un correo
Te debo un correo: Eufemismo por "ahora no tengo tiempo", algo así como bueno tomamos un café un día de estos, o sea, nunca.
miércoles, 9 de julio de 2014
Sentimentalismo simplón
Sentimentalismo simplón: Aquello que te rodea hasta ahogarte y, abduciéndote, te convierte en cursi.
martes, 1 de julio de 2014
Rechazada invitación a la muerte
Rechazada invitación a la muerte: Cuando, como ayer, veo a Teo desanimado, diacepan y bupropión hidrocloruro, no sé si en cantidad suficiente pero que puedo ir ahorrando. Él, como ayer, sonríe y lo rechaza. Es quizá lo peor de los humanos queremos la muerte y tememos a la muerte.
D.N.I.
D.N.I: Documento nacional de identidad, aquel que acredita que somos quien ellos dicen que somos, no quien nosotros creemos ser o sabemos que somos.
Si bien esta pequeña tarjeta resulta útil en determinados casos, cree este parvo lexicógrafo que sería mejor que dicho documento no existiera por las múltiples molestias que a veces ocasiona. La primera de ellas y fundamental es que no somos siempre la misma persona, aunque nos parezcamos mucho eso sí. A veces, como el niño de la película esa, somos otro y no nos conviene en absoluto ser el de antes, aunque luego volvamos. La segunda de ellas y también fundamental es que en múltiples ocasiones somos quien dice que somos pero no nos interesa serlo, ya sea porque te persiga la justicia o cualquier otra razón de índole personal, y sin embargo esa denostada tarjetita te obliga a serlo; lo cual por otra parte debe ser claramente inconstitucional porque a cuento de qué puede obligarte el Estado a ser quién eres o quién dicen ellos que eres cuando tu realmente no quieres serlo en ese momento aunque sólo sea porque simplemente no te conviene. (He aquí otra de tantas incongruencias de las incongruentes leyes que no hemos dado ya que nos han sido impuestas). La tercera de ellas y aún más fundamental es que si somos quién dicen que somos y nada más que ese en concreto, ¿en qué miserable limbo estamos cuando no somos quien dicen que somos?
Situación que ahoga y estremece y en la que no debería encontrarse nadie.
Si bien esta pequeña tarjeta resulta útil en determinados casos, cree este parvo lexicógrafo que sería mejor que dicho documento no existiera por las múltiples molestias que a veces ocasiona. La primera de ellas y fundamental es que no somos siempre la misma persona, aunque nos parezcamos mucho eso sí. A veces, como el niño de la película esa, somos otro y no nos conviene en absoluto ser el de antes, aunque luego volvamos. La segunda de ellas y también fundamental es que en múltiples ocasiones somos quien dice que somos pero no nos interesa serlo, ya sea porque te persiga la justicia o cualquier otra razón de índole personal, y sin embargo esa denostada tarjetita te obliga a serlo; lo cual por otra parte debe ser claramente inconstitucional porque a cuento de qué puede obligarte el Estado a ser quién eres o quién dicen ellos que eres cuando tu realmente no quieres serlo en ese momento aunque sólo sea porque simplemente no te conviene. (He aquí otra de tantas incongruencias de las incongruentes leyes que no hemos dado ya que nos han sido impuestas). La tercera de ellas y aún más fundamental es que si somos quién dicen que somos y nada más que ese en concreto, ¿en qué miserable limbo estamos cuando no somos quien dicen que somos?
Situación que ahoga y estremece y en la que no debería encontrarse nadie.
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